domingo, 21 de marzo de 2010

EL MENSAJE PERIODISTICO

La actividad periodística consiste, básicamente, en informar sobre hechos noticiosos, analizando sus pormenores y consecuencias, a través de los distintos medios de comunicación de masas: prensa escrita, radio, televisión y redes informáticas. No obstante, el periodismo, aparte de la divulgación pública de la noticia, tiene una relevancia añadida que deriva de su posición privilegiada ante la opinión de los ciudadanos. Las complejas y estrechas relaciones del periodismo con el poder político son una consecuencia de la influencia que la información tiene en las sociedades modernas.
Construcción: Todo mensaje periodístico es una construcción de la realidad. Los hechos suceden sin mediaciones, pero al ser contados, se suceden los filtros que cambian su naturaleza. Un periódico gubernamental de Pekín (China) nunca narrará un escándalo político acontecido en su país con el mismo criterio que lo haría un semanario sensacionalista británico. El solo hecho de ordenar los detalles de una forma determinada ya los desnaturaliza de forma interesada. Esta circunstancia, sin embargo, no relativiza la efectividad del mensaje en la opinión pública, puesto que en los medios existe una clara segmentación de audiencias.
Audiencia: El público se acerca a aquellos informadores con quienes se identifica por ideología, edad, circunstancias culturales o simple empatía. Un comprador de periódicos, un espectador televisivo o un oyente radiofónico no son, pues, sujetos pacientes del mensaje periodístico. Ellos tienen una labor activa en este proceso comunicativo, reinterpretando y completando aquello que se les cuenta a través del ejercicio periodístico. Por otro lado, confían en quien les comunica el mensaje, aceptando su credibilidad sin discusión.
Transmisión a través de los medios de comunicación: Dadas estas circunstancias, la manipulación del mensaje periodístico es algo inevitable, puesto que en la naturaleza humana está el descodificar a partir de la experiencia personal los datos que se le ofrecen. Sin embargo, la diversidad y complejidad sólo será captada por aquellos receptores que reciban los mensajes a partir de fuentes diversas. La fidelidad constante a una sola fuente induce a la uniformidad del criterio, práctica manipuladora que suele ser ejercida por los medios de comunicación en los países totalitarios, donde los informativos no confrontan ni valoran la realidad desde diversas perspectivas.
El mensaje periodístico es necesariamente incompleto, puesto que es imposible narrar la totalidad de detalles que forman un acontecimiento dado. Esa omisión de ciertas perspectivas puede conducir a la información sesgada, ya que, por ejemplo, un informativo televisivo partidario del Gobierno de un país disminuirá la atención sobre aquellos matices más desfavorables para éste. No hará lo mismo, en este ejemplo, un diario antigubernamental a ultranza, que resaltará los detalles acusatorios, ofreciendo de este modo un nuevo mensaje que, finalmente, muestra una versión totalmente divergente de esa realidad.
Los medios de comunicación cuentan con diversos mecanismos sugestivos a la hora de divulgar el mensaje periodístico. Cabe llamar la atención con los titulares, con el tono de lectura, con imágenes de impacto, según el medio sea escrito o audiovisual. Esta riqueza de posibilidades en la presentación diversifica aún más el aspecto y la textura del mensaje. Esta transmisión de significados se convierte, por tanto, en una gama casi inacabable de posibilidades, coincidente con otras tantas perspectivas de la realidad.